Santiago Ramón y Cajal (1852-1934) es el científico español más importante de la historia y uno de los grandes de toda la historia de la ciencia, miembro de pleno derecho del club de los Newton, Lavoisier, Darwin o Einstein. Su obra histológica, en la que demostró que el sistema cerebral no es un sistema continuo sino uno discreto, formado por células, denominadas neuronas, permanece tan vigente hoy como en su tiempo. Pero además de ser uno de los paradigmas de científico, Cajal mantuvo una relación estrecha con la literatura, relación que se estudia en este libro del catedrático emérito de Historia de la Ciencia de la Universidad Autónoma de Madrid y miembro de la Real Academia Española, José Manuel Sánchez Ron. Su autobiografía, Recuerdos de mi vida (1905, 1917) ella misma un espléndido ejercicio literario, que se utiliza profusamente en este libro, contiene numerosos ejemplos de las lecturas e intereses literarios que mantuvo a lo largo de su vida, intereses que se concretaron en libros como Cuentos de vacaciones (1905), Charlas de café (1921), El mundo visto a los ochenta años (1934) o su influyente, numerosas veces reeditado y ampliado por el propio Cajal, Reglas y consejos sobre la investigación científica. Al igual que estas obras, el profesor Sánchez Ron recupera y analiza algunas de los intercambios epistolares que el gran histólogo sostuvo con escritores e intelectuales como Azorín, Pío Baroja, Emilia Pardo Bazán, José Ortega y Gasset, Concha Espina o Gregorio Marañón. Asimismo, aborda la cuestión de por qué Cajal, que fue elegido miembro de la Real Academia Española en 1905, nunca leyó el preceptivo discurso de entrada, por lo que quedó únicamente como «académico electo».