Madre de dos hijos y recién fallecido su esposo, la joven Matilde Fernández de Ras decide plasmar su biografía en este atractivo volumen, que bien podría calificarse como una guía para las muchachas librepensadoras que florecían en las ciudades españolas al calor de los cambios que se operaban en nuestro país con algunos gobiernos progresistas. Así vio la luz su bella por sencilla y trasparente novela escrita en 1885, Concha. Historia de una librepensadora. A pesar de lo arriesgado de su objetivo explicar los fundamentos del espiritismo y atraer hacia él a los lectores el tono de la escritura, es templado y medido. Su protagonista, tras desmontar algunos de los mitos de la religión, aboga por una educación científica para la mujer, sobre todo matemática, por lo que tiene esa ciencia de arte y de belleza, y condena la explotación del pobre en la sociedad industrial. Todo ello la hace avanzar por el camino del espiritismo, una respuesta espiritual, que no religiosa, al vacío de su alma. La idea de la existencia de otros mundos habitados y del contacto con los familiares difuntos, aparece aquí nítidamente, como