Hace mucho tiempo en el Lejano Oriente, en una época remota en la que existían hadas, genios y alfombras voladoras, un sultán ordenó algo terrible: se casaría con una joven de su reino, solo para condenarla a muerte a la mañana siguiente. Aquella funesta costumbre se repitió un día tras otro hasta que por fin la hija del visir se convirtió en la nueva esposa del rey y comenzó a contarle historias maravillosas. Cada noche el esposo quedaba tan embelesado por la narración que perdonaba la vida a Sherezade, pues deseaba seguir escuchándola. Y así, sin darse cuenta, ambos pasaron más de mil y una noches acompañados de Aladino y su lámpara maravillosa, de Alí Babá y los cuarenta ladrones, de Simbad el Marino? y de otros muchos relatos que nosotros también, aún hoy, no podemos dejar de leer y escuchar.