El jardín perdido es un tratado singular. Es, en cierto modo, una "biografía botánica". Las pasiones y las amistades de Jorn de Précy, los jardines que conoció y a los que más amó conforman una delicada filigrana. Los temas que trata desentonan con la literatura sobre los jardines de la época. De ahí, quizás, el impacto limitado del libro.