Esta obra ofrece una reflexión sobre el arte y los artistas, analizados desde la perspectiva oriental, que su autor, Kakuzo Okakura, escribió en inglés en 1906. Esta pequeña joya de la sensibilidad japonesa se ha convertido ya en un clásico de la literatura universal, constituye sin duda uno de los mejores textos introductorios al pensamiento oriental de cuantos se han escrito en cualquier idioma.