Interesarse hoy en día en la producción erótica española de los años veinte y treinta del siglo XX significa asomarse casi obligatoriamente al caso de Joan Sanxo Farrerons (1887-1957) y de la llamada Imprenta Layetana, ubicada en Barcelona, en el marco de la cual se publicaron varias colecciones eróticas, entonces difundidas en kioscos y hoy muy buscadas por investigadores y coleccionistas, como «La Novela Deliciosa», «La Novela Moderna» o «La Novela Selecta»... Sin embargo, la personalidad misma del fundador de la Imprenta Layetana y por lo tanto de todas aquellas colecciones que, con ese mismo sello editorial u otro se pusieron en el mercado, permanece casi totalmente en la sombra y olvidada o tal vez también rechazada, sin duda por su trayectoria un tanto anómala y su identificación directa y automática con la edición «pornográfica». ¿Quién era, pues, aquel misterioso Joan Sanxo Farrerons, que utilizaba a menudo los seudónimos de Laura Brunet y de Víctor Ripalda? No deja de llamar la atención su evolución personal y su paso, en los primeros decenios del siglo XX, desde posiciones militantes claramente afi