En esta nueva novela, Diamela Eltit se muestra tan infatigable como siempre y más aguda que nunca para retratar los desmanes de un sistema decrépito y fallido: aquel en el que a sus eslabones más débiles se les niega la posibilidad de tener un sitio digno donde vivir. Una pequeña comunidad obrera de una ciudad sin nombre, ciudad que podría ser cualquiera de las que proliferan en el siglo XXI, aguarda la intervención inminente de la Compañía para llevar a cabo la Deportación en mitad de la noche, es decir: el desalojo forzado de una veintena de casas levantadas en unos terrenos que serán muy valiosos cuando se expulse a los vecinos «cuerpos que son una falla inadmisible» del espacio que habitan y desaparezcan las viviendas. Pero la noche, cómplice necesaria para acometer el desa¡hu¡cio, es el medio natural de la Búha, una majestuosa guardiana que, encaramada a la rama de un baobab, vela por los destinos de esas gentes: vigila incesante porque se ha propuesto detener la entrada de los camiones e inventar algún ardid para disuadirlos de su misión. A través de la narración de la Búha, asistimos al desfile de una