¿Cómo vivir, cómo pensar, cómo actuar? Desde estas preguntas, la filosofía no es útil ni inútil. Es necesaria. Necesaria para la vida concreta de cada uno de nosotros y para nuestras sociedades en crisis. Hay quien piensa que la filosofía debe ser protegida y defendida como si fuera una pieza de museo o una especie en extinción. Todo lo contrario: la filosofía no puede preservarse, tiene que practicarse y exponerse.