La ausencia de aventuras fantasmales en mis vigilias pudo haberme llevado a la fácil -e irracional- actitud de negar su existencia. Se puede recontar la historia de los fantasmas según las religiones imperantes, según las costumbres de cada época, según los filósofos. En compensación a su potencial literario, los fantasmas están, desde sus orígenes, en las obras más esenciales de la literatura. El tema siempre estuvo ahí.