Un grupo de jóvenes amigos atraviesa una carretera nocturna hacia Oriente ignorando si llegarán a destino, un curtido crítico de cine que ya no reconoce su propia vida queda varado en un aeropuerto, una bella joven con una enfermedad terminal alcanza sus últimos días a través de los que la acompañan, un artista a quien le encargan una obra viaja hasta Panamá para reconocer un destino ajeno, un individuo borroso responde a un mandato o busca una encomienda en un paraíso irreal. Estas y otras historias conforman el libro de relatos Kingwood, donde los opuestos se tocan sin llegar a diferenciarse. Paisajes naturales desbordantes, pero también parajes sombríos donde la vida se apaga, conforman un caleidoscopio en el que el lector sabrá reconocer sentimientos contrapuestos: nostalgia, sí, pero también ocasos; reconciliación, sí, pero también fracturas insondables. Referentes claros que se extraen de la tragedia venezolana tallan los destinos, pero también del pasado fluyen imágenes de una concordia que ya no será tal. La obra de Antonio López Ortega ?ha dicho el también narrador argentino Sergio Chejfec? «tiene u