Entre 2010 y 2011, mientras pintaba en Estados Unidos de América una serie de 75 cuadros sobre unas granjas próximas a Iowa City, Félix de la Concha decidió dedicar los días en los que el frío o el viento le impedían salir al exterior a desarrollar un experimento con "Las meninas". Se trataba de reproducir a tamaño natural en su estudio, y por tanto con luz artificial, el original de Velázquez dividido en 140 fragmentos y a 7.000 kilómetros del Museo del Prado. Mientras se enfrentaba a esa auténtica aventura hubo de vencer varios problemas de toda índole que fue relatando en un diario que le ayudó a reflexionar sobre la copia y el proceso técnico seguido para llevarla a cabo.Pero también pudo descubrir aspectos del original que le ayudaron a entender mejor la técnica y ambiciones de uno de los grandes genios de la pintura del Barroco.