Monte de Sancha fue publicado originalmente en 1950 y ya entonces constituía uno de los primeros testimonios en el que la Guerra Civil aparecía desprendida de referencias imperiales y de un lenguaje mesiánico y providencialista elaborado para ensalzar las virtudes o atrocidades de un bando y otro. La intención de Mercedes Formica era la de destacar el surgimiento inesperado del horror, el instante en el que la vida de un ser humano deja de importarle a otro. Para ello, Málaga juega un papel determinante en la evolución del argumento, una ciudad que, por su propia distribución geográfica, había permitido el desarrollo de dos zonas antagónicas: el paraíso apacible de la colonia extranjera y española que residía en el elegante barrio de la Caleta, una parte de él es el Monte de Sancha, y la pobreza y el sufrimiento de los obreros que habitaban los barrios más humildes. La novela llegó a las votaciones finales del Premio Nadal de 1949 y quedó finalista de la primera edición del Premio Ciudad de Barcelona convocado en el año citado. Por su parte, Pío Baroja conservó siempre un ejemplar en su espléndida biblioteca de Itzea...
«Las obras de Mercedes Formica fueron bien tratadas por la crítica y lo siguen siendo entre la poca gente que las conoce. Además, fue ella quien logró que desde el régimen dictatorial del general Franco se transformaran leyes machistas que convertían a la mujer en una esclava de las costumbres, la sociedad, la religión y el omnímodo poder de sus maridos o padres. Sin embargo, la historia la ha juzgado más por cuestiones ideológicas que por su talento». Rosa Regàs
Una historia de amor entre clases ambientada en la Málaga de 1936, cuando la vida perdía valor y se asesinaba en pleno día.
Mercedes Formica (Cádiz, 1913-Málaga, 2002) escritora, abogada y jurista, ensayista y articulista, ejerció gran influencia en la segunda mitad del siglo XX, hasta el punto de promover una reforma del Código Civil, y de otros cuerpos legales, en 1958, a favor de los derechos de las mujeres y de los menores en situaciones de indefensión. Su obra literaria permite conocer aspectos relacionados con la Guerra Civil, la situación social y jurídica de las mujeres y de la infancia o, en general, el compromiso con los desvalidos, con quienes las esferas de poder habían situado en los márgenes de la sociedad. En definitiva, temas que constatan el íntimo contacto que mantuvo con su realidad y la necesidad de recrearla en sus ficciones. «La campeona de los derechos de la mujer», en palabras de Josefina Carabias, o «La reina literaria de la nostalgia», como la definió Francisco Umbral, se encuentra en el camino de ser situada debidamente dentro del panorama artístico y social de la segunda mitad del pasado siglo.
Miguel Soler Gallo es considerado el especialista actual de la vida y la obra de Mercedes Formica. Sobre ella ha publicado numerosos trabajos que han ayudado a poseer un mejor conocimiento de su trayectoria artística y profesional. Gracias a esta labor y al hallazgo de la fecha correcta de su nacimiento, impulsó la celebración del centenario de su nacimiento en Cádiz en el año 2013, que significó el inicio del camino de la reivindicación de su figura tras años de injustificado silencio. Entre otros trabajos sobre la autora, ha editado los volúmenes Monte de Sancha (Espuela de Plata, 2015, 1ª ed.), A instancia de parte y dos obras más (Espuela de Plata, 2018), La ciudad perdida seguida de El secreto (Espuela de Plata, 2022), y los tres libros de memorias reunidos en el tomo Pequeña historia de ayer (Renacimiento, 2020).