A lo largo de la historia los gobernantes han utilizado las leyespara imponer el orden. Pero las leyes no eran simplemente instrumentos de poder y control social: también ofrecieron a la gente común unaforma de expresar sus diversas visiones para un mundo mejor.
Casi todas las leyes que ahora se aplican en todo el mundo se basan en los sistemas desarrollados en Europa en los siglos XVIII yXIX. Durante doscientos años de dominio colonial, los europeosexportaron sus leyes a todos los lugares que pudieron, pero a menudono estaban llenando un vacío: en muchos lugares, desplazarontradiciones que ya eran antiguas.
En Ordenar elmundo Fernanda Pirie traza la historia del surgimiento y la caídade los sistemas legales que sustentaron los antiguos imperios y lastradiciones religiosas, al tiempo que muestra cómo la gente común(asambleas tribales, comerciantes, agricultores) pidieron leyes paradefinir sus comunidades, regular el comercio y, al fin, y construircivilizaciones. Aunque los principios legales que se originan enEuropa occidental parecen dominar ahora el mundo, la varied