A Jaime Arbal, lo mismo que a muchos otros habitantes del Madrid de fin del milenio, no le van muy bien las cosas. Cuando vuelve los ojos hacia el pasado, tampoco encuentra excesivos motivos para ser feliz. Es un hombre que camina por el mundo perplejo y algo desalentado. Pero mantiene palpitante en su ánimo un hilo de optimismo. El encuentro, dentro de una maleta tirada a la basura, de las cartas esperanzadas de un hombre que probablemente ha muerto y tres libros imponentes de la historia de la literatura reforzará su fe en la vida, mientras su existencia transcurre en un Madrid que unas veces nos parece irreal, otras inhóspito y en ocasiones amable.
La novela es un viaje trepidante a través de un paisaje tan urbano como humano. Personajes insólitos y tiernos desfilan por la ciudad junto a su protagonista, mientras los lectores caminamos de su mano viviendo y respirando en la novela su melancolía y su esperanza. Ésta es una historia que sorprende, hace reír, provoca piedad, mueve a la reflexión y que emociona en muchas de sus páginas. Todos los sueños del mundo no es libro que pueda dejar indiferente a quien lo lea. Es un estallido de imaginación escrito con la vieja audacia de los clásicos.