Durante mucho tiempo, la memoria de los años del hambre (1939-1952) estuvo presente más en los espacios íntimos de las casas o las conversaciones de familiares que en los libros o en las publicacionescientíficas. Hasta hace no mucho, la historia y la antropología habían prestado poca atención a uno de los periodos más aciagos de nuestra historia. El hambre de la posguerra, sin embargo, atravesó la vida, las alacenas y los estómagos de miles de personas, ubicándose desde entonces en el terreno del relato, de la construcción de lo que somos por lo que fuimos. Para aquella generación y otras quevinieron, la memoria de los años del hambre formaría parte de la herencia que se ha mantenido durante largo tiempo en los modos y maneras de estar en el mundo, de alimentarnos, en los temores o en las amenazas por el porvenir.