Esta es su historia: «Cualquier combinación de un mexicano de 114 kilos con LSD-25 constituye una amenaza mortífera para todo lo que se ponga a su alcance; pero si resulta que además el susodicho es un abogado chicano muy cabreado que no manifiesta temor ante nada y con la convicción suicida de que va a morir a los 33 años, sabes que tienes entre manos un cóctel explosivo. Sobre todo si el muy bastardo ya hace seis meses que cumplió los 33, va hasta el culo de ácido, luce una Magnum 357 cargada en su cinturón y cuenta en todo momento con un guardaespaldas chicano que maneja un hacha.» HUNTER S. THOMPSON