Depués de recorrer todo Estados Unidos, y varios traslados por California, Henry Miller recaló en Big Sur en 1946, por aquel entonces poco más que unas cabañas medio ruinosas al borde de una acantilado, poblado por artistas, vagabundos y toda suerte de personajes estrafalarios que dotaban a la zona de un ambiente social muy particular que prefiguraba ya el movimiento beat y hippie. Todo este ambiente resultaría una fuente de meditación e inspiración para Miller.
Big Sur es un mosaico de episodios, retratos, informaciones y detalles de su vida cotidiana, unidos por el hilo conductor de la insaciable vitalidad, humor e interés por todos los aspectos de la vida que son característicos del este escritor.