Etty Hillesum fue una persona que eligió voluntariamente la deportación, una judía que se solidariza con los demás perseguidos. La singularidad de su testimonio radica en su valor humano, ético y trascendental. En todos sus textos puede percibirse la afirmación indefectible de la vida: «Me doy cuenta, dice, que dónde quiera que haya seres humanos, hay vida...». Ahora se publican sus Cartas por primera vez en castellano.