Sócrates no solo sabía que ignoraba toda técnica para acceder al bieny al Dios. Precisamente sabía que la ignoraba porque entendía de amor; y como entendía de amor, entendía de muerte. La sabiduría socráticaes siempre, por lo menos, muy difícil de superar. ¿Acaso en nuestrotiempo se la ha dejado atrás definitivamente? ¿No ocurrirá que todavía tiene que enseñarnos lo que solo hoy, devastado el mundo en formasque antes no se pudieron imaginar, podemos aprender? Tal vez por ellosea preciso volver a hacerse niño, para escuchar y mirar de nuevo lostemas que mueven el corazón humano: el amor a los padres y a losamigos (philía), el amor que nace de la atracción (eros), amores ambos que tienen que ver con la caza filosófica y confrontan con laalteridad de los otros.