Hay gentes, libros y ciudades que no entendemos, pero que nos atrapan y nos obligan a visitarlos una y otra vez porque seguramente advertimos en ellos indicios de que esconden algo que buscamos. Estambul, Venecia, Roma, Alejandría, Creta o Valencia son algunos de los hilos que forman el deslumbrante tapiz de los Mediterráneos de Rafael Chirbes: a la vez rico espacio geográfico, tumultuoso escenario de la historia y fuente de inspiración literaria. En esta colección de textos, se nos propone un fructífero recorrido que nos traslada a los perdidos paraísos de la infancia, para devolvernos a esa última costa en la que se desvanecen todos los caminos. Con su escritura, Chirbes se reclama deudor de una sabia tradición milenaria alimentada por múltiples generaciones de marineros, comerciantes, pastores, agricultores y guerreros, pobladores de las orillas de este mar luminoso. Se confiesa, sobre todo, apasionado lector de un volumen literario que firmaron Homero, Virgilio, Heródoto o lbn Jaldún, y, más recientemente, Kavafis, Graves, Durrell, Camus, Ritsos, Sciaccia, Pla, Brines o Blasco lbáñez. Todos ellos sintieron la fascinación del inagotable mar, y pusieron la pluma a su servicio. Fernand Braudel, el hombre que más nos ha enseñado a leer la gramática del Mediterráneo, les pedía a los escritores que colorearan con su propia visión lo que él consideraba la seca aportación de la historia; solicitaba que, con sus palabras, le ayudaran a recrear la vasta presencia del complejo mar interior. Con este libro, Rafael Chirbes le rinde su particular homenaje, incitándonos a emprender un sensual recorrido literario de la mano de su escritura más luminosa.