Adrian Healey nunca fue igual a los otros chicos. Para empezar, siempre sostuvo que "si nadie dice la verdad, las mentiras no son mentiras sino la norma, es decir, la verdad". Y mintió alegremente todos los años que pasó en un exclusivo colegio privado, siguió mintiendo cuando lo expulsaron del colegio y sus mentiras se volvieron grandiosas cuando ingresó en Cambridge.