En la ciudad imperial, puerta de entrada a la modernidad, nació el mundo tal y como lo conocemos hoy. Hubo un tiempo en el cada nuevo barco que arribaba a Sevilla cambiaba literalmente el mundo. Exóticas mercancías desconocidas en Europa, visitantes llegados de los confines del planeta, noticias de nuevas rutas y de descubrimiento geográficos que modificaban la concepción del globo. La capital del Guadalquivir se convirtió en los siglos XVI y XVII en la urbe más cosmopolita; mestiza y trepidante, barroca y andalusí, la puerta a todo un continente y el derrotero principal de las rutas más orientales. También en el origen y el final de la primera vuelta al mundo. A través de las espectaculares panorámicas dibujadas a mano por el artista Arturo Redondo, Sevilla, puerta del mundo reconstruye en gran formato los siglos dorados de la ciudad, sus grandes monumentos, su catedral hecha para la historia, unas atarazanas que nunca descansaban y unos palacios que crecieron al amparo de su esplendor. Asimismo, los textos del historiador Fernando Olmedo ponen el foco en la vida cotidiana, en la ciencia y el arte que lo mo